Tras una década revolucionando Loewe, Jonathan Anderson se convierte en...
Leer másEn plena era dorada de la alta costura francesa, la maison eligió a un país latinoamericano como musa de una de sus piezas más refinadas. ¿Qué representaba Venezuela en ese momento y por qué inspiró a Dior? Esta es la historia detrás de una pieza que mezcla moda, geopolítica y belleza tropical elevada al máximo nivel.
Durante los años 50, Venezuela vivía un auge económico gracias al petróleo y una acelerada modernización urbana. Caracas se consolidaba como una de las ciudades más cosmopolitas de América Latina, y el país comenzaba a destacarse internacionalmente por su arquitectura, arte y mujeres célebres por su elegancia.
Christian Dior, siempre atento al contexto global, acostumbraba a nombrar ciertos vestidos con nombres de países que evocaban sofisticación o potencial cultural. Así surgió Venezuela, parte de su línea H de 1957 —una colección que redefinía la silueta femenina con líneas más suaves, fluidas y naturales después del estructurado New Look.
El vestido Venezuela era una creación espectacular hecha en satén con una figura esculpida en un hermoso drapeado, que creaba un efecto de luz sobre movimiento. Con una silueta ceñida al torso y amplitud en la caída, la prenda recordaba a una princesa contemporánea con aura caribeña.
No era una pieza cualquiera. Era una celebración de lo exótico reinterpretado con elegancia europea. Su construcción exigía horas de bordado artesanal y dominio absoluto de las técnicas de costura más refinadas de la época. A través del diseño, Dior elevó a Venezuela no solo como país, sino como símbolo de esplendor y poder femenino en una pasarela global.
Tras una década revolucionando Loewe, Jonathan Anderson se convierte en...
Leer másAlex de Betak: El imaginario del gran constructor de pasarelas.
Leer másEn su edición de mayo 2025, Vogue Portugal rinde homenaje...
Leer másEl nuevo lujo no se cuelga del brazo, se vive...
Leer más