Louis Vuitton acierta con tres ingredientes infalibles: Zendaya, la Riviera italiana y el mito de La Odisea. En una época marcada por la incertidumbre económica, la maison francesa ofrece más que productos: crea una narrativa de deseo. Las referencias a la epopeya de Homero —donde Odiseo escapa del cíclope Polifemo— no son casuales. Aquí, Zendaya es ese cíclope contemporáneo, imponente, en control, pero también símbolo de un lujo que parece inalcanzable y al mismo tiempo reconfortante.

La elección de la Riviera no es arbitraria. Es una postal emocional: acantilados soleados, cielos radiantes, mar infinito. Italia sigue siendo el escenario ideal para proyectar el deseo de una vida más bella, sensual y despreocupada. Y Zendaya, con su mezcla de cercanía y misticismo, encarna a la perfección esa escapatoria.