Junio 2024

El desfile secreto de McQueen para Givenchy: cuando la moda se volvió política

Alexander McQueen preparó una última colección de alta costura para Givenchy en 2001, pero fue cancelada por un conflicto entre LVMH y Kering.

Por: Jesús Alcalá

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Alexander McQueen estaba listo para presentar su última colección de alta costura para Givenchy, pero el show fue abruptamente cancelado. ¿El motivo oficial? Problemas de producción. ¿La realidad? Bernard Arnault, presidente de LVMH, descubrió que McQueen había vendido sus acciones de LVMH a Kering, el dueño de Gucci, el principal rival del conglomerado francés.

Para Arnault, esa decisión fue vista como una traición. En plena guerra entre gigantes del lujo, McQueen quedó en medio del campo de batalla. La respuesta fue tajante: cancelar el desfile y silenciar su despedida. En su lugar, la colección se mostró en privado a un grupo selecto, lejos de cámaras y de la prensa.

El arte atrapado entre marcas

Durante sus cuatro años en Givenchy, McQueen nunca terminó de encajar. Su teatralidad y rebeldía contrastaban con la elegancia aristocrática de la casa. Aquel desfile truncado representó algo más que un conflicto contractual: fue la evidencia de cómo la moda había dejado de ser solo arte para convertirse en una pieza del ajedrez corporativo.

Esta colección cancelada se convirtió en un símbolo de cómo los diseñadores podían ser castigados por sus decisiones empresariales. También marcó el inicio de una etapa donde el control creativo y la propiedad de las ideas comenzaron a debatirse con más fuerza. McQueen dejó Givenchy sin aplausos, pero su silencio habló más fuerte que cualquier ovación.

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