La colaboración entre Beyoncé y Donatella Versace en “Crazy in...
Leer másAlexander McQueen estaba listo para presentar su última colección de alta costura para Givenchy, pero el show fue abruptamente cancelado. ¿El motivo oficial? Problemas de producción. ¿La realidad? Bernard Arnault, presidente de LVMH, descubrió que McQueen había vendido sus acciones de LVMH a Kering, el dueño de Gucci, el principal rival del conglomerado francés.
Para Arnault, esa decisión fue vista como una traición. En plena guerra entre gigantes del lujo, McQueen quedó en medio del campo de batalla. La respuesta fue tajante: cancelar el desfile y silenciar su despedida. En su lugar, la colección se mostró en privado a un grupo selecto, lejos de cámaras y de la prensa.
Durante sus cuatro años en Givenchy, McQueen nunca terminó de encajar. Su teatralidad y rebeldía contrastaban con la elegancia aristocrática de la casa. Aquel desfile truncado representó algo más que un conflicto contractual: fue la evidencia de cómo la moda había dejado de ser solo arte para convertirse en una pieza del ajedrez corporativo.
Esta colección cancelada se convirtió en un símbolo de cómo los diseñadores podían ser castigados por sus decisiones empresariales. También marcó el inicio de una etapa donde el control creativo y la propiedad de las ideas comenzaron a debatirse con más fuerza. McQueen dejó Givenchy sin aplausos, pero su silencio habló más fuerte que cualquier ovación.
La colaboración entre Beyoncé y Donatella Versace en “Crazy in...
Leer másEl vestuario en una producción escénica no es meramente decorativo....
Leer másEn su edición de mayo 2025, Vogue Portugal rinde homenaje...
Leer másEl vestido “Venezuela” de Christian Dior es un ícono olvidado...
Leer más