Rousteing, uno de los creativos más longevos de la moda de lujo actual, ha elegido mirar hacia los archivos de la casa. Flores originales de Pierre Balmain reaparecen reimaginadas, estampando bolsos y vestidos como si brotaran desde la memoria del atelier. El tweed —presente en más del 20% del ready-to-wear de la marca— se actualiza con cuadros pasteles y guiños a la estética Clueless. Todo con un aire casi mágico, más poético que provocador.

Incluso las piezas más estructuradas están impregnadas de fantasía: un abrigo monumental con estampado a lo Monet parece sacado de un cuento impresionista, mientras que las capas de cashmere en tonos limón y durazno reafirman que el nuevo lujo puede ser suave y envolvente. En esta colección, el ADN Balmain se expresa desde otro plano sensorial.